La marca como herramienta de crecimiento empresarial

El objetivo principal de una marca es el de conseguir clientes que representen un beneficio económico para la empresa, y que incremente en el tiempo.

En términos prácticos, una marca es el conjunto de elementos intangibles que le permiten a un consumidor diferenciar un producto de otro en el mercado y preferirlo sobre la competencia: el nombre, el logo, el slogan, el universo gráfico, la comunicación, las acciones, las posiciones, las emociones, el producto, la calidad del producto etc.: todo lo que le va a permitir al consumidor tomar la decisión de compra y recompra. Así, aunque con el tiempo se ha romantizado el concepto de marca, no puede perderse de vista que su función es la diferenciar un producto, atraer al consumidor y conseguir que el consumidor compre y vuelva a comprar, de manera reiterada en el tiempo. El objetivo principal de una marca es, entonces, la de conseguir clientes que representen un beneficio económico para la empresa, que incremente en el tiempo.

Para que esto suceda la marca debe entenderse como herramienta de crecimiento empresarial, definirse y gestionarse en función y en línea con el modelo de negocio y los objetivos empresariales, y abordarse desde dos caracas interrelacionadas:

  • la creativa, que permitirá la construcción de una marca con elementos llamativos y atractivos para el consumidor; y
  • la estructural, que será la que le marque la estructura (valga la redundancia) para que la creatividad cumpla con su función y con los objetivos empresariales.
Para que una marca sea una herramienta de crecimiento empresarial, hay que tener en cuenta la función y el objetivo de la marca

La función de una marca es la de diferenciar un producto, atraer al consumidor y conseguir que el consumidor compre y vuelva a comprar, de manera reiterada en el tiempo. Esto se consigue a través de la creatividad: el nombre, el logo, los elementos gráficos, el posicionamiento, la comunicación de la marca: como habla, lo que dice, cómo se conecta etc. Pero, para que toda esta creatividad sea efectiva es necesario conocer los requisitos legales que permitirán que la empresa sea la única que pueda utilizar la mayor cantidad de esos elementos creativos. De lo contrario, todo el esfuerzo creativo se perderá, pues cualquier persona podrá utilizarlo y no habrá diferenciación.

Aprende todo sobre cómo ajustar tus elementos creativos de marca para que puedas ser el único que los puede utilizar aquí

El objetivo principal de una marca es la de conseguir clientes (que previamente serán consumidores potenciales) que representen un beneficio económico para la empresa y que deberán incrementar en el tiempo. Para esto, hay que poner al consumidor en el centro de las estrategias empresariales y de marca, y definir y gestionar los elementos creativos en función y a favor de los consumidores. Para conseguirlo hay que tener en cuenta, constantemente, las características de los consumidores objetivos, las experiencias de compra y de consumo, y las preferencias de los clientes, y los derechos de los consumidores. ¿Por qué es importante conocer los derechos de los consumidore y desarrollar las estrategias empresariales en función de estos? Te lo contamos en este artículo: Derecho de los consumidores para no abogados

Los derechos de los consumidores sirven como marco de referencia para conocer algunas acciones que para un consumidor son imperdonables por parte de una marca.

Ahora, si bien debe utilizarse la creatividad para hacer atractiva la marca y persuadir al consumidor para que la compra, es importante también enfocarse en el producto y sus características materiales: precio, calidad, función etc, porque un consumidor podrá comprar una marca por la idea que tenga de ella, pero la volverá a comprar únicamente por la experiencia de compra y de consumo.

Por último, no puede perderse de vista que la participación de una marca en el mercado y las acciones y estrategias que realiza para conseguir sus fines empresariales: gestión comercial, publicitaria, de marca y de mercado están delimitadas por una serie de normas que, de incumplirse, no solo pueden representar pérdidas de tiempo y dinero invertidos y gastos en pago de sanciones, sino que, puede afectar el objetivo principal empresarial: los clientes y la relación en el tiempo entre la marca y ellos.

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Autor: Beatriz Carreño Tamayo
Fundadora y Directora General de Newvity
Pionera Creatividad Aterrizada®
www.beatrizcarrenotamayo.com

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