La evolución del branding ¿qué estamos dejando de hacer por las marcas?

No podemos seguir considerando la marca como un elemento que, aunque esencial, cumple únicamente con el papel de comunicar y persuadir, conseguir o fidelizar al cliente en relación con un producto o un servicio. Las marcas constituyen el soporte de las empresas, y por ello, los esfuerzos deben estar dirigidos a gestionarlas de la mejor manera posible; no solo buscando la mejor manera de conectar las marcas con el consumidor, sino también la mejor manera de construirlas para competir en el mercado con ellas.

En una estrategia de gestión de marca, además de la elección del naming y la construcción gráfica que lo acompaña, el tono de su posicionamiento y comunicación, y la propuesta de valor y la esencia de marca, debe tenerse en cuenta, desde el comienzo de su construcción, los aspectos legales y estratégicos relacionados con ella, que ayudarán a construir una relación sólida con el consumidor – cada vez más necesaria- al tiempo que potenciará su participación segura en el mercado.

Los esfuerzos tanto de diseñadores y profesionales del branding, como de los titulares  de las marcas están dirigidos, generalmente, a conseguir un lugar en la mente del consumidor: su reconocimiento y posterior fidelización, originándose las ventajas competitivas en la capacidad de persuadirlo y de entenderlo; y dejando de lado, o al menos en un segundo plano, los aspectos legales relacionados con ésta.

Si bien es cierto que es a través de la marca (y el producto que identifica) que se crea una relación entre una empresa y los consumidores, de donde nace la necesidad de trabajar la forma en que éstos la perciben y la relación que deben tener con ellos, también es cierto – y es lo que resulta importante resaltar – que las marcas constituyen el principal elemento de participación de las empresas en el mercado y, por tanto, los esfuerzos de quienes las gestionan deben estar dirigidos también a garantizar la obtención de un posicionamiento de manera sana y segura en relación con la competencia y el consumidor.

Cuando se introduce una nueva marca o estrategia de marca al mercado, se genera un impacto tanto en los consumidores como en las empresas y marcas que se consideran competencia. Si dentro de la gestión de la marca no se incluyen también elementos que permitan una sana relación de la empresa y su marca con el consumidor, el mercado y la competencia, y que potencializan su participación, no puede considerarse que se esté realizando una gestión integral de la marca, de ahí que resulte cada vez más común encontrarse con conflictos entre empresas y empresarios por la forma en que buscan persuadir al consumidor.

La copia de marcas o de estrategias, la cancelación de marcas por vulgarización y la competencia desleal son prácticas que están aumentando progresivamente y que obligan a sacar las marcas del mercado o modificar las estrategias desarrolladas sobre éstas, ocasionándoles a las empresas grandes pérdidas en las inversiones realizadas, tanto en tiempo como en dinero, y el desplazamiento o la cesión de sus cuotas de mercado.

El incremento de los conflictos entre las empresas por la forma en la que están gestionando sus marcas evidencia el problema en el enfoque que tiene el branding en la actualidad.

Por todo lo anterior, es necesario comenzar por entender el proceso de branding como un proceso interdisciplinario que incluye como elemento intrínseco de la gestión de marca la protección de los derechos de autor, de los derechos de los consumidores, el registro de marca y la creación de estrategias de comunicación dentro de los lineamientos del derecho de la competencia y de la publicidad, pues de esta manera se consigue construir marcas y estrategias de penetración fuertes, que enamoran al consumidor y, que, además de comunicar cumplen su función de permitir la competencia segura, con lo que se aporta un muy importante valor agregado.

Adicionalmente, trabajar interdisciplinariamente sobre una gestión integral de marca genera eficiencias que permiten optimizar los esfuerzos previniendo posibles problemas legales o debilidades marcarias, y asegurando más y mejores estrategias de mercado.

Si estás interesado en aprender sobre los principios de derecho que deben tenerse en cuenta al momento de realizar una proceso o estrategia de branding te invitamos a que conozcas nuestros recursos, talleres y capacitaciones sobre Creatividad Aterrizada® aquí.

Otros artículos

8 consecuencias de una incorrecta gestión de marca

Muchos hablan de branding. Muchos hablan de derecho. ¡Nosotros hablamos de las dos! Por eso, en el artículo de hoy les contamos 8 consecuencias que pueden resultar de realizar un proceso de gestión de marcar sin tener en cuenta los aspectos de derecho relacionados con las marcas y su participación en el mercado #estrategia360

Suscríbete a nuestro boletín y recibe más información.

Regístrate con tu correo para recibir actualizaciones de Newvity.

¿Quieres saber más de nuestros servicios? ¡Escríbenos!

Déjanos tus datos

Quiero suscribirme al boletín