
Aunque los intangibles empresariales puedan protegerse a través de derechos de propiedad intelectual, solo adquirirán valor real a través de la gestión permanente que se haga de ellos.
Gestionar los intangibles a través de creatividad aterrizada permite definir las acciones y estrategias que contemplen los aspectos legales necesarios para su protección y defensa, al tiempo que los aspectos creativos y estratégicos que permitirán dotarlos de valor en el tiempo.
Las ideas no se pueden proteger, no se pueden vender, y no se pueden permutar. El valor de una idea está en la forma en la que se materializa y se gestiona, ya que así se diferencia de las demás ideas.
Hoy en día se dice que los intangibles de una empresa pueden llegar a representar hasta el 80% de su valor. Dentro de esos intangibles se encuentran los derechos de propiedad intelectual: marcas, nombres y enseñas comerciales, diseños y patentes, derechos de autor, secretos industriales, las bases de datos, los soportes lógicos (software), la reputación de marca y los clientes (entre otros).
A través de los derechos de propiedad intelectual se consigue un derecho exclusivo sobre las creaciones de la mente y las invenciones, que le permite a su titularimpedir que terceras personas puedan usarlos sin su autorización y explotarlos económicamente a través de licencias de uso o la cesión de derechos. Sin embargo, estos derechos solo adquieren valor en la medida en la que representen (o puedan llegar a representar) un beneficio para su titular, para el comprador, para el licenciatario o para el cesionario.
Aunque exista un derecho al uso exclusivo de una marca, de una patente, de un diseño, de una obra intelectual, de un software, o se tenga una extensa base de datos, si no se gestionan correctamente a través de estrategias efectivas, no generará valor a la empresa.
Por ejemplo: si nadie quiere comprar la marca o los productos que se identifican con la marca, la marca no representará un mayor valor para la empresa, así cuente con un registro marcario. De ahí la importancia de crear estrategias que, además de contemplar los mecanismos de protección, hagan que la marca sea llamativa y atractiva para los consumidores en el tiempo.
Lo anterior también se evidencia con bases de datos, softwares y patentes. Si una empresa cuenta con un intangible extenso y que puede representar una diferencia frente a la competencia y un valor agregado para los consumidores, pero no sabe cómo utilizarlo o explotarlo de la forma en la que necesita, dicho intangible carecerá de valor.
Ahora bien, esto sucede también on la reputación de la marca y la relación de la empresa con sus consumidores: para que nazcan y representen un valor real para la empresa, deben trabajarse y gestionarse de la mejor manera posible y de forma permanente en el tiempo pues depende, en su totalidad, de las acciones y estrategias a través de las cuales participa la empresa en el mercado.
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¿Cómo ayuda entonces la creatividad aterrizada a llenar de valor los activos intangibles?
La creatividad aterrizada supone el trabajo articulado de la creatividad, la estrategia y el derecho en función de la materialización de una idea (llámese proyecto, producto, empresa o marca)
Realizar la gestión de los intangibles a través de creatividad aterrizada permite definir acciones y estrategias que contemplen los aspectos legales que permitirán la protección y defensa de las invenciones y creaciones intelectuales, al tiempo que los aspectos creativos y estratégicos que permitirán dotarlos de valor en el tiempo.
El trabajo articulado de la creatividad, la estrategia y el derecho en función de un mismo resultado, permite tener en cuenta aspectos que no se contemplan en el trabajo independiente de cada una de las áreas.